El Mundial de fútbol sala del año 2004, celebrado en Taipei (China), en el continente asiático, fue la quinta edición de este torneo y España lo afrontaba como actual campeón y ya con una estrella en el pecho.
El conjunto español quedó emparejado en el grupo A con Ucraina, Egipto y el anfitrión China, y después de ganar los tres partidos sin encajar un gol, pasaron como primeros seguidos de los ucranianos. En la segunda ronda, y con un grupo con tres grandes rivales como Italia, Portugal y la República Checa, los españoles derrotaron a los vecinos portugueses y a los checos pero cayeron con la gran squadra italiana, lo que los relegó al segundo puesto de grupo y emparejándolos con la todopoderosa selección brasileña para el cruce de semifinales. Después de adelantarse en el marcador gracias a Andreu, los brasileños le dieron la vuelta al marcador hasta que Marcelo empató el partido llevándolo a los fatídicos penaltis, en los que, con dos fallos de la canarinha, España logró su billete para la gran final. Italia, tras dejar en la cuneta a argentina, esperaba con el cartel de favorito tras derrotar a los españoles en la fase de grupos, pero una gran defensa española y los goles de Kike y Marcelo consiguieron que, pese al gol de Zanetti en el último minuto de partido, España levantara su segundo Mundial consecutivo y bordara la segunda estrella en el pecho la La Roja.