Viajamos hasta tierras andaluzas para entrevistarnos con Rafael Romero, entrenador entusiasta, divertido y con muchas ganas de charlar de fútbol sala.
- ¿Por qué te decidiste a emprender este nuevo camino fuera de España?
Fueron varias las causas que me hicieron tomar esa decisión. En primer lugar, con la situación económica que vivimos en el futsal español, se hacía difícil no emigrar fuera de nuestras fronteras para dedicarme profesionalmente a nuestro deporte (el objetivo fundamental para el que llevamos preparándonos muchos entrenadores largo tiempo), si a esto unimos el interés que el KB United me trasladó por contar con mis servicios, el atractivo proyecto deportivo que me ofrecían y la posibilidad de conocer otra cultura, otro país, lengua y competición, y encima con el incentivo de vivir y disfrutar de una ciudad como París, hizo que la proposición fuese prácticamente irrechazable.
- ¿Has tenido que adaptar tu forma de entrenar, aplicar conceptos diferentes y trabajar de manera distinta de lo que lo hacías en España?
Por supuesto. Considero que una de las claves para ser eficiente cuando sales de España es el adaptar toda nuestra experiencia competitiva y metodología a las circunstancias con las que te encuentras. Está claro que esto hay que hacerlo siendo consecuente. No hay que cambiar radicalmente las formas que nos han hecho referentes, a los técnicos españoles, en el futsal internacional, pero sí que hay que adaptar el modelo a jugadores, directivas y afición con otra mentalidad y cultura deportiva o incluso a una competición con unas características diferentes.
- ¿Es muy diferente la manera de ver y entender el futbol sala en este país?
Dista, todavía bastante de la nuestra, aunque cada vez van haciendo progresos, que con los medios económicos de los que disponen, no tardarán mucho en acercarlos a nuestra visión del fútbol sala y nuestra competitividad. La principal diferencia con la que me he encontrado es que todo el entramado del futsal francés lo consideran más un juego que un deporte. Lo que hace muy difícil profesionalizar su práctica. Hay poca cultura del esfuerzo y les cuesta poner en valor el trabajo diario de entrenamiento. Aún así, la llegada de jugadores y entrenadores procedentes de otros países con más tradición en nuestro deporte los están haciendo mejorar a pasos agigantados en este aspecto, y algunas directivas oriundas van tomando conciencia de la importancia que esto tiene y van dando pasos en la buena dirección, lo que sin duda les reportará resultados, y espero, haga de estímulo para que las demás las tomen como ejemplo.
- Al entrenador, ¿le dan más facilidades aquí que en España?
No puedo generalizar, pero hablando desde mi propia experiencia, el entrenador en Francia tiene que realizar muchas más funciones (incluso algunas que no le competen como cargar balones o conducir en algún desplazamiento) Desde planificar la temporada, adaptar sesiones al nivel de los jugadores, pelear por la puntualidad y la asistencia (creando normativas de vestuario), a la vez que convences a los jugadores que un nuevo modelo al que no están habituados, donde el entrenador no te da todas las respuestas, si no que te enseña progresivamente a tomar las decisiones y a conocer el juego, va a ser beneficioso para ellos. Las directivas, con la misma carencia de esta cultura, a veces no refuerzan estas acciones, con lo que la carga deportiva recae prácticamente en su totalidad en la figura del entrenador, y sin embargo, sí que tienen una exigencia competitiva muy elevada los fines de semana. Pero hay otros aspectos en los que están mejor que nosotros: el público y la trascendencia social del equipo es maravillosa, disponen de numerosos medios materiales para que el entrenador los gestione (pabellones, material, gimnasio, salas de reuniones y audiovisuales…) y la remuneración económica hace que puedas dedicarle todo el tiempo que sea necesario.
- La comunicación con los jugadores no debe ser fácil, sobretodo al principio. ¿Cómo lo haces para transmitir tus conocimientos? ¿Se hace todo a través de la figura del segundo entrenador? De ser así, el papel de tu ayudante cobra mucha importancia…
En el club contaba con Johann Legeay, mi segundo entrenador (también afiliado a ANEFS), que a la vez, hacía las veces de traductor en los primeros meses de la temporada. Siendo consciente de lo importante que era el lenguaje para la metodología de trabajo que quería imponer me preocupé en la fase inicial de pretemporada de tener reuniones periódicas con él para explicarle mi modo de trabajar, de entender el fútbol sala y su entrenamiento y para unificar criterios y terminología con el objetivo que los dos tuviésemos una misma voz (aunque fuese en diferentes idiomas) Él se adaptó muy bien a mi método, así que entre los dos preparábamos los entrenamientos y nos dividíamos el trabajo, dejándole a él explicar los ejercicios y yo realizando las pertinentes correcciones y aclaraciones, poco a poco para ir ganado ritmo, cuando gané algo más soltura en el idioma técnico él pasó a hacer funciones de segundo entrenador y, alguna que otra vez, de corrector gramatical.
- ¿Fuiste al último Congreso ANEFS celebrado el pasado junio? De ser así, ¿que te pareció la experiencia? ¿Volverás a repetir en la próxima edición?
Sí, fui uno de los afortunados que pudo disfrutar de él. Este tipo de iniciativas formativas de ANEFS son muy necesarias a la vez que satisfactorias para todos sus participantes. En ellas coincidimos multitud de entrenadores venidos de todos los puntos geográficos posibles, les ponemos cara a muchos a los que conocemos a través de la red, y se crea un clima entre colegas excepcional para hablar y aprender un poquito más de nuestra pasión, el fútbol sala. Si encima, esto se adereza con la magnífica organización de los miembros de ANEFS y con un programa que te hace reflexionar o entablar un debate enriquecedor para todos no se puede pedir más. Está claro que repetiré siempre que me sea posible.
- ¿Qué crees que puede aportar ANEFS a los entrenadores nacionales y internacionales?
Las asociaciones en todos los colectivos profesionales son de vital importancia para adquirir fuerza y representatividad ante las instituciones y el conjunto de la sociedad. Desde ANEFS podemos luchar y reivindicar los cambios que creemos necesarios con la fuerza que te da el estar respaldado y organizados. Se puede asesorar a nivel administrativo, laboral o jurídico a cualquier asociado que lo necesite, pero sobre todo podemos seguir haciendo crecer nuestro bien más preciado, el conocimiento. La parte formativa de ANEFS, hace un gran trabajo para que los entrenadores estemos cada vez más capacitados y preparados para enfrentarnos a nuestro día a día. Desde aquí quiero daros las gracias por el trabajo que estáis realizando, animaros a que no os detengáis y por supuesto por esta entrevista. Yo soy ANEFS.
Muchas gracias Rafa, un abrazo muy fuerte para ti y mucha suerte.