Holanda, coincidiendo con la celebración del centenario de su federación, fue la sede del primer mundial de futsal de la historia en 1989. Seis países europeos, tres sudamericanos, dos africanos, dos asiáticos, dos de Norteamérica y uno más de Oceanía fueron los que lucharon por el cetro mundial. Dieciséis equipos y sólo uno podía ser coronado campeón.
Después de la fase de grupos cuatro selecciones seguían luchando por el título, la vecinas Holanda i Bélgica, el gigante de Estados Unidos i la magia de Brasil. En la primera semifinal, los anfitriones derrotaron a los estadounidenses, plantándose en la final ante sus aficionados. En la segunda semifinal, la canarinha empataba a 3 contra Bélgica, consiguiendo pasar a la final gracias a los lanzamientos de penalti. La gran final, celebrada en Rotterdam ante 4.200 aficionados, fue un partido muy igualado. Brasil se adelanto gracias a Benatti, máximo goleador del torneo, pero Loosveld empató el partido, que se decidió en el minuto 6 de la prórroga gracias a Raul que llevó el título a cruzar el atlántico rumbo al país de la samba.